De implementarse las medidas, equivaldrían al consumo
de 30 millones de hogares por un año en la región.
La
Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) y el Ministerio de Energía y
Minas de Ecuador organizaron el evento “Eficiencia Energética: Pilar
Transversal de la Transición” en la sede de OLADE en Quito. La reunión convocó
a líderes del sector para analizar avances y desafíos en la implementación de
políticas de eficiencia energética en la región.
La
eficiencia energética es clave para alcanzar el Objetivo de Desarrollo
Sostenible 7 de la ONU, que busca garantizar el acceso a energía asequible,
confiable y sostenible. Durante la LIV Reunión de Ministros y Ministras de
Energía de OLADE en octubre de 2024, 22 de los países miembros ratificaron su
compromiso de mejorar la eficiencia en un 1.3% anual hasta 2030 con lo que se
podría ahorrar hasta 30GW de energía eléctrica en América Latina y el Caribe,
equivalente al consumo de 20 millones de hogares por un año
El evento
contó con la participación del Secretario Ejecutivo de OLADE, Andrés Rebolledo,
y el Viceministro de Electricidad de Ecuador, Fabián Calero, además de
embajadores de países miembros, representantes de organismos internacionales,
el sector empresarial y la academia.
Durante el
encuentro, Rebolledo presentó un análisis del consumo energético en América
Latina y el Caribe: 5% en el sector comercial y público, 20% en el residencial,
30% en el industrial y 40% en el transporte. “El verdadero cambio en eficiencia
se logrará en el transporte, pero solo con políticas de Estado estables y
cooperación público-privada podremos transformar la matriz energética, afirmó”.
Por su
parte, Calero destacó que la eficiencia energética “es un compromiso con el
desarrollo sostenible, clave para reducir el impacto ambiental y optimizar
costos de producción”. También subrayó la importancia de fortalecer marcos
regulatorios e institucionales y fomentar el uso racional de energía en todos
los sectores.
El evento
incluyó un panel de expertos con representantes de Chile, Brasil, Dinamarca,
Uruguay y Ecuador, donde se abordaron regulaciones energéticas, políticas
públicas y la implementación de la norma ISO 50001 para la gestión de energía.
También se debatió sobre cocinas limpias, una iniciativa clave en la reducción
de emisiones de gases de efecto invernadero.
Gabriela
Prata Dias, Directora del Centro de Copenhague sobre Eficiencia Energética del
PNUMA, enfatizó la necesidad de regulaciones sólidas y estrategias sectoriales.
“El mercado por sí solo no basta; necesitamos políticas que impulsen la
innovación y permitan revisar nuestras contribuciones nacionales en el marco
del Acuerdo de París”, sostuvo.
Esteban
Israel Flores, de PRONACA Ecuador, destacó que la gestión eficiente de recursos
es la estrategia más rentable, seguida por la inversión en innovación y
tecnología. “El éxito depende de capacitación, monitoreo y un enfoque
metodológico sólido”, señaló.
Desde
Brasil, Rogerio Miranda, de Ecofogão, urgió a modernizar la cocción en América
Latina. Si los teléfonos y autos evolucionan, ¿por qué no los fogones? Es hora
de invertir en tecnologías más limpias”, dijo. Es hora de invertir en
tecnologías que transformen el uso de la leña y reduzcan la contaminación.”
Esta visión destaca la necesidad de políticas públicas que impulsen la
eficiencia y la innovación en el sector doméstico.
Gustavo
Lagos Aguilera, de Heavenward Ascensores Chile, explicó el potencial de los
ascensores regenerativos para devolver energía al sistema. “Convertir un gasto
en generación es clave para reducir costos”, afirmó.
Sebastián
Wainberg, del Ministerio de Industria, Energía y Minería de Uruguay, resaltó el
papel del sector residencial en la transición. “Los incentivos individuales son
limitados; necesitamos políticas de comunicación y estímulos para transformar
el consumo”. (Energía
Estratégica – Argentina)