Generación distribuida en Argentina: se acelera el retorno de inversión, pero persisten desafíos en importaciones y financiamiento Generación

15/05/2025

Argentina

Un mes después de la eliminación del cepo cambiario, la generación
distribuida en Argentina muestra signos de mejora en los plazos de retorno de
inversión. Sin embargo, la incertidumbre macroeconómica, las condiciones de
acceso a divisas y las altas tasas de interés siguen frenando la expansión del
sector, que hoy cuenta con apenas 2.589 usuarios-generadores y 66,41 MW
instalados.

El pasado
14 de abril, el ministro de Economía de Argentina Luis Caputo anunció la
eliminación del cepo cambiario, permitiendo a las personas acceder al mercado
oficial de dólares sin restricciones ni recargos, mientras que las empresas
podrán remitir utilidades generadas en 2025. Además, se eliminaron los plazos
de espera para el pago de importaciones, una medida largamente esperada por el
sector productivo.

Un mes
después de ese anuncio, Martín Dapelo, socio fundador de ON-Networking Business
y coordinador del Comité de Financiamiento de la Cámara Argentina de Energías
Renovables (CADER), analizó la situación actual del sector y el impacto en el
segmento de la generación distribuida.

A pesar de
las medidas oficiales, Dapelo advirtió que aún no se puede hacer un pedido
anticipado de un contenedor de paneles solares; ya que resulta necesario
gestionar una carta de crédito y el Banco Central autoriza el pago 30 días
después del embarque (anteriormente era de 90 días desde la nacionalización).

“Eso tiene
un costo financiero, ya que los proveedores despachan contra 100% anticipado.
Entonces se debe abrir una carta de crédito o financiarse con una empresa
subsidiaria del exterior. Y sin duda ese costo financiero lo termina pagando el
producto y el cliente”, indicó Dapelo.

Asimismo,
la estabilidad macroeconómica sigue siendo el principal condicionante en las
decisiones empresariales. Aunque las restricciones a las importaciones se
flexibilizaron y el precio de la energía subió, la devaluación del peso
argentino contrarrestó esos beneficios.

“Mejoró
sustancialmente el retorno de inversión a nivel industrial desde las últimas
elecciones, pasando de 12 a 5 años. Es un buen plazo de repago”, precisó;
aunque alertó que “ese cálculo es una foto de hoy” y que cualquier variable
puede modificar el panorama.

“También
hay que analizar los nuevos valores del Ente Nacional Regulador de la
Electricidad (ENRE) (se oficializó una fórmula polinómica días atrás que tomará
en cuenta el IPC y el IPIM) y el programa de aumentos para los próximos cinco
años que autorizó el gobierno y si realmente se llevará a cabo”, agregó.

Dapelo
también se refirió a las posibilidades de financiamiento por parte de entidades
bancarias del país. Si bien las tasas para proyectos de generación distribuida
rondaban los 30% en el cierre del 2024, este año se han incrementado y oscilan
entre 40% y 60%, lo que, bajo la mirada del especialista hace inviable
financiar un proyecto con estas condiciones para las pequeñas y medianas
empresas.

Aun así,
destacó la línea de crédito del Banco Nación para eficiencia energética y
renovables, con un plazo de 10 años: “Es muy interesante porque es un plazo que
está por encima del periodo de repago y permite amortizar el préstamo con los
ahorros energéticos; mientras el resto de bancos comerciales el plazo promedio
es de cinco años.

“También
que destacar que los anuncios y las medidas que se van tomando intentan ir en
esa dirección, en la dirección de normalizar las tarifas y normalizar las
importaciones, con lo cual mejora el repago de los proyectos de generación
distribuida. Pero estamos en un periodo de acomodamiento de todas estas piezas
del rompecabezas y entonces el empresario espera”, complementó el socio
fundador de ON-Networking Business y coordinador del Comité de Financiamiento
de CADER.

Perspectivas
de la Generación Distribuida al 2030

Las
proyecciones oficiales muestran un preocupante desfasaje respecto a la realidad
actual. Bajo la Ley N° 27424, Argentina cuenta con 2589 usuarios-generadores,
que suman apenas 66,41 MW instalados mediante medidores bidireccionales, muy
por detrás de los más de 33000 U/G que estipulaba el Plan Nacional de Energía y
de Cambio Climático de 2017.

Por lo que
para alcanzar la meta de 1 GW al 2030, el ritmo de crecimiento debería
multiplicarse de forma sostenida, algo que hoy parece improbable, a partir de
señales claras para el mercado sobre la real tasa de expansión de la generación
distribuida y en función de qué se calculará.

“Argentina
necesita una política energética enfocada en la transición. Tenemos que hacer
es cómo trabajamos para volver a poner un número real”, concluyó el
entrevistado. (Energía
Estratégica – Argentina)