Si bien el 99,5% del total provino de fuentes renovables, hubo un
descenso en la demanda, tanto a nivel interno como de las colocaciones.
La
generación de energía eléctrica cayó un 29% en mayo en la comparación
interanual, producto de una fuerte baja en las exportaciones y la menor demanda
a nivel interno, según surge de un informe de SEG Ingeniería, basado en datos
de UTE.
En cuanto a
la matriz de generación, el 99,5% del total provino de fuentes renovables, un
nivel que está cuatro décimas por encima del promedio registrado el año pasado.
Al evaluar
las razones de la menor generación, SEG Ingeniería reveló una importante
disminución de las exportaciones, en el orden del 91%, mientras que al mismo
tiempo se verificó una baja del 7% en la demanda interna.
Vale
destacar que en el primer cuatrimestre, la generación eléctrica había provenido
en un 96% de fuentes renovables, mientras que un 10% de la demanda había sido
cubierta con importaciones.
El
protagonismo de Uruguay en energías renovables
Los datos
de generación de lo que va del año consolidan al país como un referente
regional en materia de energías renovables. Por ejemplo, en 2024, se había
alcanzado un 99,1% de generación eléctrica limpia.
En total,
Uruguay alcanzó el año pasado los 14.290 gigavatios-hora (GWh), su segundo
mayor registro en ocho años. Un 50,2% correspondió a energía hidráulica,
seguido por la eólica, con un 33,1%; la biomasa, con 12,8%; energía solar, un
3%; y la térmica quedó en apenas un 0,9%.
El aporte
de las represas fue fundamental, al punto que generaron 7.179 GWh, su mejor
desempeño desde 2019. Salto Grande aportó un 90% más que en 2023, mientras que
las represas de Río Negro —Rincón de Baygorria, Rincón del Bonete y Palmar—
crecieron un 145%.
A su vez,
el país lideró el año pasado a nivel regional en, superando a Brasil (91%),
Chile (81%) y Argentina (40%). En cuanto a la participación de la energía
eólica dentro de su matriz energética renovable, el aporte del 33% fue superior
al 15% brasileño, el 13% chileno y el 11% argentino. Más sustancial fue la
diferencia en biomasa, con un 13%, frente al 3% de Brasil y Chile, y el 1% de
Argentina. (Ámbito –
Argentina)